LA SOLTERIA 2

Cuando los jóvenes sueñan con encontrar al príncipe azul o a la súper-mujer para ser felices siempre, tendrán que plantearse con toda seriedad si no están esquizofrénicos, porque un mundo así solo se da en las letras o en las telenovelas, donde navegamos a merced de la imaginación del autor, pero no en el mundo, donde el Creador ha dispuesto para los hombres la felicidad y el sufrimiento, los logros y los fracasos, la aceptación y el rechazo, y la lucha constante y permanente, desde que nacemos hasta que dejamos de respirar.

Hace poco, llegó a mis manos una información de CIMAC, en la que Martha Celia Herrera, psicoterapeuta del Centro de Interdisciplina Conductual, asegura que las mujeres aun hoy conservan la expectativa de encontrar a un hombre maduro, productivo, estable, rico, inteligente, paternal, tierno, que cambie pañales, que las acompañe al pediatra, que sepa preparar papillas, que sea una excelente pareja, que externe sus emociones, que no pida relaciones íntimas cuando ella está enojada, que sea empático, entre muchas cosas más.

Ellos, entre tanto, buscan a la mujer de sus sueños: productiva, inteligente, excelente anfitriona, que desee uno o dos hijos cuando él lo decida, que no pida dinero, que sea autosuficiente, independiente y autónoma, que colabore en la economía familiar y que cuide a los niños, que lave, planche, cocine y tenga bien arreglada la casa, además de que se dé tiempo para cuidar su apariencia, que siempre esté súper delgada, que sea vea sexy, etc. etc.

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