El amor es una respuesta afectiva; y puede ser tanto sensible como espiritual.
"En el plano ontológico esencial, o desde el punto de vista de la interioridad objetiva, el amor ha quedado definido como el principio radical de la dinámicaafectiva cuyo término es la propia plenitud. Pues bien, desde el punto de vista de la conciencia, el amor es la captación de la plenitud y perfección de otra persona en tanto que susceptible de ser realizada por uno mismo y en tanto que en la realización de esa plenitud va implicada la propia autorrealización, de modo que ésta pueda alcanzar una plenitud antes insospechada. Dicho brevemente, el amor es la captación de un tú, de cuya plenitud depende la propia, y de tal modo que ese tú despierta lo mejor que hay en el yo. Desde esta perspectiva, el amor es un sentimiento y una tendencia."
"En el amor se produce, pues, la unión de dos subjetividades de modo que cada una media en la plenitud de la otra. El amor como sentimiento es la anticipación de la realización conjunta de dos subjetividades. Por eso, Aristóteles mantiene que la obra del amor es la unidad, S. Agustín que el amor es la tendencia a la unidad y Hegel que el amor es la unidad de la identidad y la diferencia, es decir, la unidad en la que dos subjetividades alcanzan la identificación de una con la otra pero sin que eso suponga la anulación de una por la otra sino, al contrario, de tal modo que la diferencia se mantenga."
A todo esto decimos que el amor consiste en la respuesta de un ser a otro o al bien idéntico al ser.
"Es pues imposible imaginar que nuestra voluntad para amar, incluso con el amor más puro, sin realizar a la vez su propia perfección, o sea, sin obtener por el propio ejercicio del amor del bien, bajo su razón formal de bien último, el acabamiento para el que ella está formalmente hecha y para el cual no puede no ser hecha."
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